Como era de esperarse después de mi vida independiente en Santiago de Chile, no pude acostumbrarme a la vida en casa de mis padres, la verdad es que las noches de desvelo, comer lo que yo quiera cuando yo quiera, además de decorarla a mi gusto, junto con tener invitados entre otras cosas no las podía tener viviendo con mis padres, yo vivía en una ciudad pequeña a unas 2hrs de la Ciudad de México, y aunque viajaba prácticamente diario desde hace más de 6 años, ya que allá estudie todo ese tiempo, nunca me acostumbre al transporte público abarrotado, ni a que mis zonas de esparcimiento y amistades vivieran lejos de mí.
Es entonces cuando después de trabajar un par de meses en una zona de la CDMX que me quedaba más lejos aun que mi universidad, decidí que era hora de buscar un departamento en esta ciudad, además ahora con mi trabajo podría pagarlo, y de hecho gastaría lo mismo que en pasajes, tomando en cuenta que mi primer empleo no es muy bue pagado, ya que no contaba con la experiencia tuve que empezar a buscar un departamento barato, además no muy alejado de mi empleo, lo más importante buscar alguien con quien vivir y dividir gastos de arriendo.
Es así como en mi ciudad anterior conocí a un chico que estudiaba la universidad, vivía rentando pequeños cuartos, el es originario de una zona de provincia de México, al final uno meses antes de que yo me mudara a CDMX el decidió cambiar de universidad y mudarse a la CDMX con un primo, discutieron y lo corrió del departamento, me propone buscar un lugar para los dos, encontramos uno dentro de la unidad habitacional de un compañero mío de la universidad, en esta misma unidad vive desde hace casi un año otra compañera y amiga de clases.
Tomamos la decisión de vivir juntos en esa unidad, la verdad no está cara en comparación con otros lugares de la zona, cercano a la zona tengo un centro comercial (llego caminando), además de en calles aledañas cines, tiendas departamentales, restaurantes entre otras cosas, está ubicada al centro sur de la ciudad, a unos 45 minutos de donde trabajo y a unos 45 min de su nueva universidad, tomando en cuenta que CDMX está dentro del top 3 de ciudades más grandes del mundo, esta distancia en realidad es más corta de lo que 70% de las personas viajan a sus escuelas o empleos.
La vida como amigos era muy fácil, ahora como compañeros de vivienda se ha complicado, a veces por cuestiones muy pequeñas como la limpieza y los pagos, ahora casi no hablamos ni convivimos, no salimos juntos, no comemos juntos, como lo haciamos cuando solo eramos amigos, como el primer mes de vivir juntos, me duele, pero sé que yo tengo responsabilidad, él también, en esta situación, ya que permitimos que nuestra amistad se fuera desgastando en lugar de que esta situación la fortaleciera.
Comprendo ahora que son muchos gastos, mucha responsabilidad, nada que no haya vivido en Santiago, e igual que antes no puedo ahorrar nada, en parte porque me gusta mantener un estilo de vida y por otro lado porque son muchos gastos de mantenimiento del hogar y personales, aunado a que mi sueldo sigue siendo poco.
Esperaré unos seis meses más para tener un año de experiencia en el área y así sea más fácil para mí encontrar un mejor empleo y poder tener menos estrés a la hora de gastar en comida, productos de belleza y ropa. Lo cierto es que es muy bello poder decorar tu casa, cocinarte, tener tu espacio personal, a veces los millenials no sabemos esperar, queremos todo a la primera, no nos damos cuenta que nuestros padres y abuelos empezaron igual que nosotros, desde cero, comprando nuestros muebles y cosas a un paso algo lento, pero con la recompensa de que en un futuro podamos tener una vida algo más holgada.