miércoles, 21 de enero de 2015

Nuevo Año, Nueva vida, Nueva ciudad



Por fin he recibido mi carta de aceptación a una universidad en Chile, todo esto trae consigo emociones que no había experimentado al mismo tiempo, es como sentir euforia, pero tristeza, miedo, alegría, melancolía, ansiedad, esperanza, todo a la vez, difícil de digerir.

Me he contactado con dos compañeros de mi universidad que igualmente viajan a Santiago de Chile por intercambio, pero ellos irán otra universidad distinta a la que yo iré, cuyo campus está en la misma comuna, así que hemos decidido viajar juntos y rentar juntos un departamento, uno es un chico gay, otra una chica heterosexual, estamos planeando unir a un cuarto integrante, ya hemos hablado con algunos y nuestro favorito es Gastón, un chico heterosexual, debo admitir que yo he sido el impulsor de agregarlo, en primera porque admito que se me hace atractivo, en segunda porque necesitamos una presencia masculina jajaja.

Tres chicas solitarias en un departamento no es la mejor opción, (César, el chico gay es más mujer que yo y América, una chica muy guapa, que quizá por ella Gastón está interesado en unírsenos)


Por lo pronto reviso todo sobre artículos personales que uso aquí en México, como shampoo, cremas faciales, cigarros, ropa, también he revisado algunos departamentos, pienso que es demasiado papeleo, obviamente de turista no tendría que hacer esto, pero como voy como estudiante las cosas cambian, sólo sé que al final valdrá la pena.

Y todo me parece tan melancólico y todo el tiempo quiero llorar, es como una despedida eterna anticipada...