lunes, 30 de marzo de 2015

De amistades y hermandades



Como mexicano algo que es muy representativo de nuestra sociocultura es la alimentación, la alimentación es todo un ritual en México, si alguien comparte contigo comida es porque hay cariño especial, cualquiera te comparte alcohol o cigarros, pero sólo alguien especial te comparte de sus alimentos. Se puede tardar uno siglos en preparar un platillo que se acabará de comer en 5 minutos, pero lo más especial es su picante, muy distinto al hindú o al asiático, no se encuentra en otra parte del mundo salvo en algunas partes del sur de México, debido a la migración.

Nada de eso extraño de México, es más, no extraño nada mexicano, no me gusta México, quizá nunca me guste, me gusta Chile, chile es muy bonito, tiene hombres guapos, calles limpias, orden, Santiago es 6 veces más pequeño que la Ciudad de México, ninguna capital latinoamericana es comparable a Ciudad de México, quizá la mejor zona de México, la única donde no me molesta vivir, la única que es como vivir en cualquier lugar de Europa y ahora lo sé porque aquí en Santiago la actividad muere a partir de las 8pm, porque es difícil encontrar un cajero automático de 24 horas, porque no tienen conciertos muy importantes, salvo alguno que otro en fechas recientes, porque México está lleno de arte y de grandes artistas, y en Ciudad de México puedes ser quien tu quieras, y de hecho hay opciones porque a pesar del neoliberalismo aplastante de México es también lo que permite que haya de todo, de todo todo, aquí hay pocas cosas, de todo.

Sin embargo esa tranquilidad es especial, no hay nada como la tranquilidad, silencio, paz, seguridad, cualquiera que haya vivido en la Ciudad de México ama la ciudad de México, pero le quitaría 40% de personas, así es Santiago, más como una pequeña ciudad de provincia mexicana, tengo mucha felicidad, libertad, sólo 1 de cada 3 lágrimas es de tristeza, y este sería el paraíso, si estuviera conmigo mi perrita, quien es la luz de mis ojos, y por supuesto mis mejores amigos, ya que como ellos mismos menciona, son como mis padres, mis hermanos y mis hijos, somos una unidad, y nos ha afectado a todos mentalmente esta separación, no queda más que disfrutar cada minuto, porque nada del tiempo regresa.

Yo tampoco regresaré nunca a ser el mismo...

1 comentario:

  1. Yo también extrañaba a mi perrita cuando estaba lejos... quizás a la única que realmente extrañaba. Yo el lugar que me ha gustado y hubiese querido vivir ha sido Venezuela... no sé por qué, su gente, su acento... las oportunidades que he estado ahí han sido fabulosas. Quizás ese es el mismo sentimiento que tienes hoy... y no diré que está mal o si está bien, es tuyo y nada más.

    Saludos!

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